Evita el contagio de fitopatógenos con la mallas pepineras
Las mallas pepineras como técnica para incrementar el cultivo del pepino. El pepino es una hortaliza de gran importancia en el mercado agrícola que a pesar de que es un fruto de temporada (verano), lo podemos encontrar la mayor parte del año en los mercados por el gran éxito que ha tenido el cultivarlo en los invernaderos. El pepino al igual que las calabazas, melones, y las sandías pertenecen a la familia de las cucurbitáceas que se caracterizan por ser trepadoras y se sostienen a través de sus tallos o hojas con estructuras especializadas que reciben el nombre de zarcillos.
Sin embargo, para que el pepino se desarrolle exitosamente en los invernaderos y en el campo abierto, estos han tenido que recurrir a técnicas especializadas que faciliten el crecimiento y logren aumentar la producción en el mercado a través de un buen desarrollo en el fruto, donde este mantenga siempre una buena calidad tanto en el color, tamaño, textura pero sobre todo el sabor.
Cuando nuestras plantas y/o frutos se contaminan de algún tipo de plaga, todas estas características se vienen abajo, por lo que tanto nuestra producción baja y los gastos se incrementan al invertir ahora en pesticidas químicos, orgánicos o si la plaga es muy grande la muerte de la planta para evitar que continúe el contagio. Por eso mismo es importante siempre mantener el cuidado y las medidas necesarias para evitar el contacto con estas problemáticas.
Por ejemplo, una de las estrategias que mejor ha funcionado para combatir las plagas por insectos (que la mayor parte del tiempo traen consigo fitopatógenos aún más devastadores) es la aplicación de mallas espalderas o tutoras. Con la malla tutora a diferencia de la rafia, podemos evitar también el contacto continuo hacia la planta, logrando disminuir dos grandes problemáticas los cuales son el estrés mecánico y la transmisión de bacterias o virus que un agricultor puede contagiar de una planta a otra.
Las mallas pepineras o malla tutora consiste en una red hecha de polipropileno que se monta cerca de nuestro cultivo con el fin de mantener erguida a la planta. En el caso de las cucurbitáceas, los zarcillos funcionan como guías y buscan siempre el sostén más cercano para enrollarse y crecer a lo alto, en busca de la luz del sol y el mejor espacio disponible para completar su desarrollo. La función que desarrollan las HORTOMALLAS es que una vez enrollada la planta, las flores y los frutos evitan el contacto con el suelo, por lo que la probabilidad de que estos sean pisados por los agricultores o se humedezcan con los suelos regados es más baja.
Otro beneficio que presenta el uso de las mallas pepineras es que es sumamente resistente a comparación de otro tipo de envarado. Según estudios de la web esta es capaz de resistir fuertes corrientes de aire, y lluvias torrenciales que por lo general tumban los envarados con palos o con rafia, dando como resultado pérdidas de cultivo, pérdidas de materiales de apoyo para el entutorado y gastos empleados en la recuperación de las plantas afectadas.