Tutorar con las mallas pepineras incrementa tu producción de cultivo
Se sabe que tutorar con ayuda de las mallas pepineras le brinda grandes beneficios a la producción del cultivo de pepino, a reducir la mano de obra y a facilitar el modo de cosecha de nuestra hortaliza. La malla pepinera de HORTOMALLAS está hecha a base de polipropileno virgen blanco, un material sumamente resistente que está diseñado para tolerar los rayos UV sin dañarse como otras mallas. Esta malla para tutorar pepinos y otras hortalizas presenta cuadros de 25 x 25 centímetros, con 7 hilos longitudinales y un total de 6 cuadros en altura. Cada malla resiste un máximo de 61.2 kg/m2 y es apta para diversos tipos de hortalizas como tomate, melón, chile, y berenjenas. La manera en la que se puede tutorar con ayuda de las mallas pepineras dependerá del espacio, lugar y forma que le quiera dar el agricultor a su cultivo.
La manera típica para tutorar es con ayuda de estructuras como palos, tubos o cualquier cosa rígida que le brinde un soporte y guía a la planta, sin embargo cuando se tiene una gran producción en una parcela este tipo de tutorado involucra demasiada obra de mano y más demanda de tiempo por planta. Desde que se inventaron las mallas pepineras la estrategia para tutorar cambio.
La principal forma para tutorar fue el instalar la malla a todo lo largo del surco posicionándose de manera vertical y lo suficientemente bien estirada de extremo a extremo. En cada dos metros se pueden color palos o tubos para reforzar el soporte de los extremos de la malla una vez que los frutos hayan crecido. Esto por lo general aplica solo en surcos muy grandes y con frutos muy pesados como el melón que pueden hacer que con el tiempo los dos palos de los extremos no sean lo suficientemente tolerables para el peso que de todos los cultivos.
Otra forma que también es muy usual ver tanto en invernaderos como en campo abierto es el tutorar con doble malla o comúnmente conocido como tutorado en “V”. Esta técnica surgió principalmente en invernaderos donde el espacio se ve más limitado y por consecuencia se buscan un sinfín de estrategias para aprovechar al máximo tanto el espacio como la producción. Este tutorado se instala como la mencionada anteriormente, pero con la diferencia es que una vez esta se encuentra puesta en nuestro surco cerca del cultivo se pone otra malla de la misma forma procurando dejar el cultivo justo en medio de ambas mallas. La ventaja que tiene esta manera de tutorar es que reduce aún más la probabilidad de que el fruto se caiga al suelo antes de ser momento de realizar la cosecha, disminuyendo a la vez la probabilidad de contraer fitopatógenos.
Por último y menos común es el tutorado horizontal. Este resulta muy apropiado para los invernaderos puesto que la manera para tutorar es colocando mallas tanto de manera vertical como de manera horizontal (estas últimas simulando ser un techo) y aplica única y exclusivamente para los cultivos indeterminados. La tendencia de tutorar así al parecer proviene de Asía donde los horticultores han convertido esta técnica en un espectáculo recreativo y ornamental para cientos de personas que visitan estos invernaderos.